Despierta, mi ángel dormido,
abre tus ojos al alba,
levántate sin hacer ruido,
de tu lecho perfumado de malva.
Despliega tus alas al viento,
desperézate del sueño que te ha tenido preso,
y con suave movimiento,
llévale a mi amor, éste beso.
Pósalo en sus labios con delicadeza,
como si de seda se tratara
que tenga la certeza,
que es un regalo de su amada.
Susúrrale al oído:
“buenos días, mi amor”
con suave sonido
no le asustes, por favor.
Que aún es temprano,
vela su despertar
que sea suave y liviano
como la brisa del mar.
Perfuma su aire
con aroma de azahar
para que nunca nadie
se lo pueda estropear.
Protégele ángel mío,
no dejes nunca de mirarle
que no sufra ningún desvarío
hasta que sea yo
quien pueda cuidarle. |
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